La Calidad en la Educación Temprana en América Latina. Por The Dialogue. Leadership for the Americas.
Garantizar la calidad de la educación temprana es crítico
para sentar las bases del aprendizaje y desarrollo de todos los niños y niñas
de la región.
La primera infancia es el período de crecimiento más importante de la vida. Es durante los primeros años que los niños y niñas se desarrollan más rápido física, mental y emocionalmente. Sin embargo, debido a la situación de pobreza y vulnerabilidad en la que viven muchas familias de América Latina, demasiados niños y niñas no están recibiendo la alimentación, el cuidado y el estímulo que necesitan para poder desarrollar todo su potencial. Tomar acción para corregir estas desventajas de forma temprana es crítico
El 23 de mayo del 2019, un grupo de expertos y líderes
regionales en el tema de calidad en la educación, convocados por el Programa de Educación en el Diálogo Interamericano,
la Fundación Lego, Transforma y la Embajada de Finlandia se reunieron para
explorar acciones a nivel regional que apoyen de manera decisiva el desarrollo
de una educación temprana de calidad.
Como colectivo identificaron tres áreas interdependientes en las que se debe trabajar para apoyar la implementación del acuerdo 2 de la declaración de Bogotá
Recomendaciones Claves:
- Promover una visión de la calidad de procesos que convoque a la
sociedad, las familias y los actores políticos. La garantía de la calidad
de los servicios requiere de acuerdos sociales y políticos basados en una
visión clara de la calidad de procesos, la cual debe tener como base la
redefinición del aprendizaje y su relación con el desarrollo. Esta
redefinición requiere dejar a un lado el aprendizaje de la escuela
tradicional e introducir, por ejemplo, aprendizaje a través del juego y
otras herramientas que cautiven a los educandos de manera que interactúen
con otros y con su ambiente. La garantía de la calidad de los servicios
requiere del desarrollo de respuestas pertinentes y flexibles que
respondan a los derechos y necesidades de los estudiantes y sus familias.
- Empoderar a los adultos que interactúan con los niños y niñas en pro
de esta visión de la calidad. Para promover una visión de calidad de proceso que
trascienda el discurso resulta fundamental empoderar a los adultos y
cambiar su rol desde solo beneficiario de servicios a agente de cambio.
Dado el importante papel de las familias y la comunidad en la exigencia de
servicios de alta calidad, es necesario brindarles herramientas que les
permita comprender los factores que elevan la calidad educacional. La
redefinición del aprendizaje en la primera infancia y del empoderamiento
de las familias y comunidades, va de la mano con el fortalecimiento de los
procesos de formación y desarrollo de los educadores, que sea coherente
con el tipo de educación que buscamos para los niños y niñas.
- Generar una cultura de mejora continua. La última área de acción
para la garantía del segundo acuerdo se concentra en generar una cultura
de mejora continua. Para ello es necesario primero diferenciar claramente
entre los procesos de supervisión. Segundo, debemos promover ejercicios de
medición de calidad que permitan identificar avances y retos, centrando la
mirada en la calidad del proceso de aprendizaje más allá de una visión
convencional de infraestructura y recursos materiales. Finalmente, se
deben desarrollar formas de comunicación que lleguen a públicos amplios y
promuevan aprendizajes entre los países
Informe completo: https://www.thedialogue.org/wp-content/uploads/2019/07/CalidadEducaci%C3%B3nTemprana_07.09.2019_SPA-1.pdf
Comentarios